LUNA NUEVA
- Solo te haces mayor de edad una vez en la vida, así que lo mejor es documentar bien la experiencia.
- ¿Cuántas veces te has hecho tú mayor de edad? - Eso es distinto Alice y Bella
- No has cambiado nada - soltó Emmett con un tono burlón de desaprobación
-. Esperaba alguna diferencia perceptible, pero aquí estás, con la cara colorada como siempre. - Muchisimas gracias, Emmett
- le agradecí mientras enrojecía aún más. Emmett y Bella Bella, te has cortado con un papel. No es como para merecer la pena de muerte. Edward ¿Qué te tienta más, mi sangre o mi cuerpo? - le desafié. - Hay un empate - sonrió ampliamente a pesar de sí mismo.
- Bella, nos vamos. (…) - Cuando dices nosotros… - susurré.
- Me refiero a mi y a mi familia.
- Cada palabra sonó separada y clara.
- Vale - dije-. Voy contigo.
- No puedes, Bella. El lugar a donde vamos… no es apropiado para ti.
- El sitio apropiado para mí es aquel en el que tú estés.
- No te convengo, Bella
- No seas ridículo (…) Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
- Mi mundo no es para ti.(…) - ¡No! ¿Esto no tiene nada que ver con mi alma, no? (…) ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ¡ya es tuya!
- Bella, no quiero que me acompañes
- ¿Tú… no… me quieres? - No (…) No me convienes, Bella.
- Invirtió el sentido de sus primeras palabras, y no tenía réplica para eso. Bien sabía yo que no estaba a su altura, que no le convenía. “Será como si nunca hubiese existido”, me había prometido.
Noté el suave suelo de madera en las rodillas y luego en las palmas de las manos, y al fin, apretado contra la piel de mi mejilla. Esperaba poder desmayarme pero, para mi desgracia, no perdí la conciencia. Las oleadas de dolor, que apenas me habían rozado hasta ese momento, se alzaron y barrieron mi mente, hundiéndome con su fuerza. Y no salí a la superficie.
El tiempo pasa incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa. Incluso para mi.
No veía ninguna razón para sentir miedo. No podía imaginar que quedara nada el mundo que pudiera darme miedo, al menos, no físicamente. Esa era una de las ventajas de haberlo perdido todo. Bastaba con que creyera que él existía para que yo pudiera vivir. Podría soportar todo lo demás mientras supiera que existía Edward. (…) Era un forma muy dura de vivir: prohibiéndome recordar y aterrorizada por el olvido.
Como si nunca hubiese existido. Menuda locura. Aquella fue una promesa que él no podía mantener, una promesa que se rompió tan pronto como la hizo
- Los osos no se comen a la gente. No les sabemos tan bien - me sonrió en la cabina oscura del coche
-. Claro, aunque tal vez tú seas la excepción. Me apuesto lo que quieras a que sabes estupendamente.
- Muchas gracias -contesté mientras miraba hacia otro lado.
No era la primera persona que me había dicho eso. Bella y Jacob Yo era como una luna perdida - una luna cuyo planeta había resultado destruido, igual que en una película de cataclismos y catástrofes - que, sin embargo, había ignorado las leyes de la gravedad para seguir orbitando alrededor del espacio vacio que había quedado tras el desastre El amor concede a los demás el poder para destruirte Ya era bastante malo que mi mejor amigo fuera un licántropo, pero ¿tenía que ser también un monstruo? - Así que tú eres la chica vampiro.
- Sí. ¿Y tú eres la chica lobo? Bella y Emily Estas cosas sólo te pasan a ti, Bella. Nadie debería haber estado mejor que tú cuando los vampiros nos marchamos de la ciudad, pero tú tenías que involucrarte con los primero monstruos que te encontraras. Alice - ¿Y qué era toda esa cháchara sobre cantantes?(…)
- Ellos tienen un nombre para alguien que huele del modo que Bella huele para mi. La llaman “mi cantante”, porque su sangre canta para mi. Edward y Alice -Lo que no me puedo imaginar es qué es lo que debes de haber hecho para terminar en el infierno. ¿Te has dedicado a cometer asesinatos en mi ausencia?
- Pues claro que no. Tú no podrías estar conmigo si yo estuviera en el infierno.
Bella, yo no puedo vivir en un mundo en el que tú no existas. Edward Bella, mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz, motivaciones… Y entonces tú cruzaste el cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas.
Y nada tenía sentido. Edward - Si te concedieran lo que más quisieras de este mundo, cualquier cosa, ¿que pedirías? - A ti. - Algo que no tengas ya. - (…)Desearía que fueras tú quien me transformara. - ¿Qué estarías dispuesta a dar a cambio de eso? - Cualquier cosa. (Discuten sobre un plazo de tiempo…) - De acuerdo. Olvídate de lo límites de tiempo. Si quieres que sea yo quien lo haga, tendrás que ceptar otra condición. (…) Casarte conmigo primero. - …
-le miré a la espera-. Vale, ¿cuál es el chiste? El suspiró.
- Hieres mi ego, Bella. Te pido que te cases conmigo y tú piensas que es un chiste.(…)
- Oh, vamos -dije con una nota de histeria en la voz
-. Sólo tengo dieciocho años.
- Bueno, yo estoy a punto de cumplir los ciento diez. Va siendo hora de que siente la cabeza.
-No necesito el cielo si tu no puedes ir a él.(…)
- Para siempre -prometió de forma un poco teatral.
- No te pido más -le dije.
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